martes, 17 de abril de 2012

"NUNCA TE VAYAS SIN DECIR TE QUIERO"


Película de 1998, dirigida por Joroen Krabbé, ganadora de diversos premios dentro de los cuales destaca el del Mejor Película, mejor Director y mejor Actriz (Isabella Rosselline) en el Festival de Berlín del año 2001.


La película nos muestra al holocausto pero no de la manera general, es decir no es una representación del mismo, si no que hace una semblanza de las secuelas emocionales que dejó a las personas que lo vivieron.


La historia inicia con el relato del padre de Chaja, cuando salió huyendo de la persecución Nazi en la segunda Guerra Mundial, guardando en dos valijas objetos como la vajilla familiar, retratos y demás cosas de entrañable valor para él,  enterrándolas en una parte de Antwerp Bélgica, sin embargo debido a la reconstrucción de la Ciudad, nunca pudo rescatarlas, pues no identificaba con precisión la ubicación de las mismas, volviéndose una obsesión el encontrarlas, hasta el punto de generar conflictos y distanciamiento con su esposa, pero esa obsesión más que nada es un forma de mantener su mente ocupada y así evadir los  horrores que vivió en el holocausto. La madre de Chaja también padece un trauma post-guerra, y es el de vivir para las labores del hogar, principalmente   haciendo pasteles.

Chaja es una jovén rebelde estudiante de filosofía,  quien tierne una buena relación su padre, pero no corre la misma suerte con su madre, pues las visitas que le hace siempre terminan en conflicto. Ante la vida independiente de sus padres necesita subsistir, por lo cual un viejo amigo la recomienda para trabajar como niñera en una familia judía ortodoxa,  que vive en un edificio un portero Nazi, quien no perderá la oportunidad de molestar a Chaja y a los pequeños integrantes de la familia evidentemente por el sólo   hecho de ser judíos.
  
Dentro de los pequeños que Chaja tendrá que cuidar se encuentra Simsha, un hermoso niño pelirrojo de cuatro años de edad que no habla,  la madre cansada de hacer lo posible porque Simsha hable, desiste esperando que algún día pueda escuchar palabras de su hijo. Este pequeño llama particularmente la atención de Chaja, quien constantemente le repite el nombre de las cosas para que pueda finalmente desarrollar el habla, sin embargo cual es su sorpresa al descubir que el pequeño Simsha habla estando a solas...

Ante la intriga del porque sólo con ella pronunciaba palabras, Chaja empieza a tenerle especial afecto y analizando el comportamiento del pequeño descubre que es como una forma de coraza en contra de la inflexibilidad del padre quien es un hombre estricto y muy poco expresivo. 

Dentro de las actividades de Chaja, está llevar a los pequeños a un parque cerca de su casa el cual tiene un lago con patitos, la joven amiga de Simsha, ente el hecho de que ver patos nadar lo hace feliz, decide regalarle uno de madera, pero su padre no le permite jugar con él.


Para una celebración Judía la Familia acostumbra hacer una cena y los niños son los encargados de dirigir los rezos, por lo cual Chaja quiere darle una sorpresa al padre de Simsha enseñándole a rezar, finalmente llega el día de la celebración, pero ante la fuerte e intimidante mirada del padre, Simsha no puede cumplir con el cometido, obteniendo así un fuerte regaño, defendiéndolo Chaja, cuestionando al padre del por qué es así con el niño, si no lo quiere, el cual le responde que evidentemente lo quiere, pero quisiera que fuera como sus hermanos que cumplen con sus obligaciones de hijos.


Recordando al portero mencionado en el inicio y su conducta odiosa para con Chaja, un día  impide que utilice el elevador del edificio desatando la furia de la joven, quien lo agrede rompiéndole su preciado traje, por lo cual las medidas que toma la familia es darle unos días a fin de que se relaje la situación hostil, sin embargo cuando ella regresa le notifican que ha quedado despedida, ella se niega pero la decisión es rotunda, por lo cual pese a la prohibición de acercarse a Simsha ella logra despedirse de él enseñándole la frase que siempre repite el padre de Chaja: ""Nunca te vayas sin decir te quiero".


Días después a la despedida entre Chaja y Simsha sucede una tragedia derivada del  alejamiento entre éstos dos personajes y la fascinación de Simsha para con el lago.


Sin lugar a dudas es una de mis películas favoritas, una por el tratamiento que da a las secuelas del holocausto y sobre todo el mensaje que personalmente tomo de  "Nunca irme sin decir te quiero", porque no sé que me deparará el destino, terminando un poco con la frialdad que siempre tenían mis despedidas. 

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